La gravedad del delito no se basa en la captura de imágenes sino en el uso no autorizado de la contraseña del router
El Tribunal Supremo ha ratificado una sentencia de 4 años de prisión para un hombre acusado de invasión de privacidad y revelación de secretos. Concretamente, el acusado ha sido condenado por poner una cámara de vigilancia a su ex pareja y activarla con la contraseña Wifi. El hecho delictivo fue llevado a cabo instalando una cámara de vigilancia en el aire acondicionado del dormitorio de su ex pareja y activandola con su contraseña de router.
La Sala ha determinado que el uso de información personal como la contraseña, aumenta la gravedad del ataque a la privacidad de una persona.
1Los hechos
El acusado aprovechó el cuidado del hijo común para instalar una cámara oculta dirigida a la cama de su ex en su domicilio, conectándose al router mediante la contraseña privada sin su consentimiento. La situación continuó hasta que ella cambió las contraseñas.
El tribunal considera que la utilización de una contraseña personal aumenta la gravedad de la invasión a la privacidad, y que la agravación de la pena no se basa en la captura de imágenes sino en el uso no autorizado de la contraseña del router. Así pues, la Sala considera que “la utilización de una clave personal representa un plus de gravedad en el ataque a la esfera de privacidad de cualquier persona, en la medida en que implica un apoderamiento añadido de un dato de carácter personal”.
2La clave del wifi permitió al acusado grabar a su ex pareja
La Sala examina la definición de dato personal en el Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo, que protege la privacidad de las personas en cuanto a la recopilación y circulación de sus datos personales.
La Sala establece que cualquier identificador personal, incluyendo un identificador en línea, es considerado un dato personal que debe ser protegido. Por lo tanto, cualquier número o combinación alfanumérica que permita acceder a servicios en línea es considerado un dato de una persona no identificada pero que puede ser identificada mediante esa clave exclusiva. La Sala explica que esta numeración se convierte en una identificación virtual que sustituye la identificación física.
Añade que en este caso la clave del router indebidamente utilizada fue la que, como se expresa en la sentencia de instancia, permitió al acusado la obtención de las imágenes que comprometían la intimidad de la víctima.
“No es difícil imaginar el efecto que esa injerencia del acusado pudo tener, durante un período de tiempo que en la hipótesis más favorable superó los dos meses de duración, en el espacio de intimidad que define el dormitorio de cualquier persona”, concluye el tribunal.
3Se desestima el recurso de casación interpuesto por el acusado
Por todo lo anterior el Supremo desestima el recurso interpuesto por el condenado contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante, que confirmaba la sentencia de instancia, dictada por un juzgado de lo Penal de Elche. Así, es condenado a 4 años de prisión por un delito de descubrimiento y revelación de secretos, con una agravante de parentesco. Además, le impone restricciones de acercamiento y comunicación con la expareja durante 5 años. El recurrente cuestionó la proporcionalidad de la pena, argumentando que la información revelada ya era conocida.