Hoy hablamos de LinkedIn, es esa red social donde nadie liga, pero todos quieren parecer deseables. Un lugar donde la gente no trabaja, sino que «lidera equipos multidisciplinares», no busca empleo, sino «nuevos retos profesionales», y donde cualquier cosa –desde salir a comprar pan hasta un despido improcedente– puede transformarse en una lección de liderazgo con un final motivacional.
Porque LinkedIn no es un espacio para la sinceridad, sino para la narrativa. Y el objetivo no es conseguir trabajo, sino demostrar que ya lo tienes (o que no lo necesitas).
Por ejemplo, uno de los mayores ganchos de LinkedIn es su función de “Ver quién ha visto tu perfil”. Un nombre que suena profesional pero que, en la práctica, solo sirve para alimentar egos y paranoias. ¿Por qué tu exjefe, tu expareja y un CEO de Uzbekistán han revisado tu perfil el mismo día? Misterio. Pero si quieres saberlo, paga LinkedIn Premium.
El cartel de “Se Vende” llamado “Open to Work”
El famoso marco verde que rodea la foto de perfil con la leyenda «Open to Work» es el equivalente digital de poner un cartel de «Se Vende» en el coche. Lo ven, pero pocos preguntan el precio. La realidad es que los buenos headhunter ignoran ese distintivo, porque la guerra del talento no se libra en quién está disponible, sino en quién parece ser más valioso. Y en LinkedIn, el arte de parecer exitoso supera al arte de serlo.
El curioso hábito de coleccionar CEOs
Todos tenemos en LinkedIn ese conocido que colecciona conexiones con CEOs, directores y gerentes de alto nivel, como si fueran cromos de una colección. La lógica es simple: si tienes muchos contactos influyentes, la percepción de tu propia influencia aumenta. Pero a la hora de la verdad, esos “contactos estratégicos” rara vez responden un mensaje. Es la versión digital de acumular medicamentos caducados: los tienes ahí, pero cuando realmente los necesitas, no sirven para nada.
“Renuncié para seguir mi pasión”: la historia que no te cuentan completa
Uno de los géneros narrativos más populares en LinkedIn es el de “Dejé mi trabajo estable para seguir mi pasión”. Acompañado de una foto sonriente en la playa o con una taza de café, es el cuento de hadas del profesional moderno. Porque emprender es valiente, pero monetizarlo es otra historia. Eso sí, en sus publicaciones, el mensaje es claro: «Atrévete a dar el salto, como hice yo.» Un salto que, en muchos casos, va directo al vacío.
Los que usan LinkedIn como un muro de lamentaciones virtual
En el otro extremo están los que recurren a LinkedIn para lanzar lamentos al vacío. “Tengo familia, no tengo trabajo y los miserables headhunter me ghostean””. Es posible que la situación sea real, pero el tono lastimero rara vez resulta efectivo. La red profesional no premia la compasión, sino la estrategia. Y si el mismo que ayer pedía ayuda hoy publica consejos sobre “cómo tener éxito en la vida”, el chiste se cuenta solo.
Los títulos rimbombantes y el mundo de los ninjas corporativos
Otra tendencia irresistible en LinkedIn es la inflación de títulos. En LinkedIn, nadie es gerente de marketing; todos son Growth Hackers. Nadie trabaja en ventas; todos son Business Development Ninjas. Y nadie hace informes en Excel; todos son Data-driven Strategists. La inflación de títulos es real, y cuanto más extravagante suene tu cargo, menos relevante es tu función. Eso si, cuando llega la hora de demostrar resultados, es cuando la magia desaparece.
LinkedIn y la paradoja del networking
La gran ironía es que, aunque LinkedIn se promociona como la plataforma de las conexiones, la mayoría de la gente mira, pero no interactúa. Se ha convertido en la versión digital de esas reuniones de excompañeros de colegio: todos se observan con curiosidad, pero pocos se atreven a romper el silencio.
Ah, pero eso sí: en cuanto publicas “Hoy cierro una etapa y comienzo una nueva”, la sección de comentarios se llena de “Mucho éxito en tu nueva aventura”, incluso si la aventura es el desempleo.
¿Y entonces? ¿LinkedIn funciona o es una gran puesta en escena?
La verdad es que, como toda herramienta, LinkedIn puede ser útil si se sabe usar con inteligencia. Hay quienes han conseguido grandes oportunidades de trabajo, clientes y contactos estratégicos gracias a un buen perfil, una estrategia de contenido bien pensada y una interacción genuina.
Pero también está el lado teatral de la plataforma, donde la imagen lo es todo y la realidad… bueno, la realidad es otra cosa.
Al final, LinkedIn es un reflejo del mundo laboral: hay quienes lo navegan con astucia y consiguen avanzar, y hay quienes se pierden en el ruido de las apariencias.
Lo importante es recordar que, en esta jungla profesional, lo que realmente importa no es parecer ocupado, sino estar en movimiento hacia donde realmente quieres llegar.