Mi padre falleció recientemente y dejó como parte de su herencia la empresa familiar que fundó hace más de 30 años. En su testamento, designó como único heredero de la empresa a mi hermano mayor, justificando esta decisión en que él ha trabajado en la empresa durante muchos años, mientras que el resto de los hijos hemos seguido caminos profesionales distintos.
Sin embargo, el valor de la empresa representa la mayor parte del patrimonio de mi padre y la porción de la herencia que nos deja al resto de los herederos no llega a cubrir nuestra legítima. Además, en los últimos años, mi hermano ha realizado movimientos financieros en la empresa que han reducido su liquidez, lo que nos hace sospechar que podría haber intentado disminuir el valor real de la sociedad para evitar compensarnos en la herencia. Queremos saber si podemos impugnar el testamento y qué opciones legales tenemos para reclamar nuestra legítima y la parte que nos corresponde de la empresa.
Respuesta del abogado: hay que impugnar el testamento, exigir la colación de donaciones y defender la legítima
La sucesión de una empresa familiar es uno de los temas más conflictivos en herencias, ya que combina la transmisión del patrimonio con la continuidad del negocio. En este caso, hay varios puntos clave que deben analizarse para determinar las opciones legales de impugnación del testamento y reclamación de la legítima.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la legítima es un derecho protegido por la ley. En el derecho sucesorio español, los hijos son herederos forzosos y tienen derecho a recibir, como mínimo, un tercio de la herencia en conjunto, que debe repartirse a partes iguales entre todos los descendientes. El testador tiene cierta libertad para distribuir el tercio de mejora y el tercio de libre disposición, pero nunca puede reducir la legítima de los herederos más allá de lo permitido por la ley.
Si la empresa familiar representa la mayor parte del patrimonio y la porción de herencia que se asigna a los demás herederos no cubre su legítima, esto puede constituir una vulneración de los derechos sucesorios. En este caso, se pueden adoptar varias estrategias:
- Impugnación del testamento por lesión de la legítima: Si la distribución de bienes no respeta la legítima, se puede solicitar la reducción de disposiciones testamentarias para garantizar que todos los herederos reciban la parte que les corresponde por ley.
- Acción de colación: Si tu hermano ha recibido beneficios económicos de la empresa en vida de vuestro padre que no fueron declarados como donaciones, es posible exigir que esas cantidades sean incluidas en el caudal relicto para garantizar un reparto equitativo.
- Reducción de donaciones inoficiosas: Si se demuestra que los movimientos financieros de la empresa redujeron artificialmente su valor o que hubo transferencias a favor de tu hermano que disminuyeron el patrimonio hereditario, podríais solicitar que se reintegren a la masa hereditaria.
- Acción de responsabilidad en la gestión de la empresa: Si vuestro hermano, en calidad de administrador, ha realizado operaciones que perjudiquen el valor de la empresa con el objetivo de evitar compensaciones en la herencia, podríais investigar posibles actos en fraude de ley.
En este tipo de casos, lo recomendable es actuar con rapidez. Se deben solicitar informes contables y periciales para valorar si hubo maniobras destinadas a reducir el valor de la empresa, así como exigir la documentación que acredite el estado patrimonial de la sociedad en los últimos años. También es importante analizar el testamento y la forma en que se distribuyeron los bienes, ya que si se prueba que la voluntad del testador vulnera la legítima, el testamento podría ser impugnado parcial o totalmente.
Si vuestro objetivo es encontrar una solución negociada antes de llegar a juicio, se puede intentar una mediación con vuestro hermano para alcanzar un acuerdo justo. Sin embargo, si él se niega a reconocer vuestro derecho, la vía judicial es el camino más efectivo para garantizar que la legítima se respete y que los bienes heredados, incluida la empresa, se repartan de manera equitativa conforme a la ley.